En su carta, dirigida al presidente Alberto Fernández, destacó el escenario «singular» en el que le tocó asumir: «Argentina se encontraba sumida en una profunda crisis económica, social y de deuda, y a ello se le agregó primero una pandemia global y luego la actual guerra en Ucrania, que han sido profundamente disruptivas del funcionamiento del sistema económico internacional», relató.
También relató que su tarea fue la de «tranquilizar» la economía, un concepto que, admitió, no genera «demasiado entusiasmo» pero que, sostuvo, le parece «una verdadera épica», ya que «una economía tranquila es aquella en donde las grandes mayorías enfrentan condiciones para su pleno desarrollo humano».
Respecto de la situación que deja, eligió caracterizarla como de crecimiento y generación de empleo. También destacó que se pasó la primera revisión del acuerdo con el FMI y recomendó para el futuro «continuar fortaleciendo la consistencia macroeconómica, incluyendo a las políticas fiscal, monetaria, de financiamiento, cambiaria y energética, así como la coordinación vía políticas de precios e ingresos, para atacar la problemática inflacionaria que daña al funcionamiento de nuestra economía y lograr continuar recuperando el poder adquisitivo de los ingresos».
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