Una larga pelea en que se vaciaron las bancas desembocó en la expulsión de seis jugadores y los dos entrenadores en la segunda entrada de la victoria 2-1 de los Los Ángeles Angels sobre los Seattle Mariners en un partido por la fase regular de la Major League Baseball de los Estados Unidos.
Tres de los primeros cuatro bateadores en el orden de los Mariners fueron expulsados y tres lanzadores de los Angels quedaron fuera del partido después de dos días de tensiones a causa de varios pelotazos arrojados por los pitchers de ambos equipos.
La trifulca comenzó cuando Jesse Winker, de Seattle, se fue al humo contra contra el dugout de Los Angeles después que el propio Winker fuera golpeado por el primer lanzamiento de la entrada del abridor de los Angels, Andrew Wantz.
Sucede que Wantz ya había golpeado a Julio Rodríguez en la primera entrada, pero esta vez el jardinero de Seattle reaccionó mal, lanzando insultos y objetos al sector donde estaban los suplentes del equipo local. Obviamente, a la acción llegó la reacción y los jugadores respondieron la agresión provocando una batalla campal.
Hubo de todo durante la pelea. Varios jugadores y entrenadores terminaron en el suelo y golpeándose entre sí. La pelea continuó con agarrones hasta que finalmente se calmaron las aguas.
El partido estuvo detenido durante 18 minutos. Foto: AP
Después de 18 minutos de gritos y golpes, el juego se reanudó con ocho expulsados. El mánager interino de Los Angeles, Phil Nevin, y Scott Servais, de Seattle, tuvieron que ir a los vestuarios. Los Angels, en tanto, perdieron a Wantz, Iglesias y al relevista Ryan Tepera, mientras que Winker, Rodríguez y Crawford fueron descartados por los Mariners.
Cuando parecía que la situación volvía a la normalidad, el cerrador de los Angels Raisel Iglesias regresó unos momentos después para arrojar grandes contenedores de semillas de girasol y goma de mascar al cuadro mientras les gritaba a los árbitros.
Seis jugadores expulsados, el saldo de una batalla campal que recorre el mundo. Foto: AFP
Los ánimos entre ambos equipos ya estaban encendidos, luego de que el sábado Erik Swanson lanzará una recta de 95 millas por hora cerca de la cabeza de Mike Trout en la novena entrada, pero en aquella ocasión la situación no pasó a mayores y quedó en advertencia para ambos dugout. Quedó claro que se la tenían jurada.
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